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Mi neurosis: aquí y ahora

Pieza de la serie llamada "Unclosed" - Sin Espinas - Fotografía

Pieza de la serie llamada "Unclosed" - Sin Espinas - Fotografía

Resulta que descubrí el equivalente al agua tibia en mi psique. Por ahora.

Estoy en el pasado y mayormente en el futuro, ni siquiera vivo en el futuro, malvivo en el presente trabajando para el futuro que quiero vivir bien, pero mentalmente estoy en ese futuro, en la promesa, tras la zanahoria. Y eso me mantiene en funcionamiento. Si no, yo no tendría motivos para dar un paso más.

Sin embargo ocurren crisis, circunstancias inesperadas, cambios inoportunos, sucesos indeseados que me obligan a experimentar en cuerpo y mente la contingencia: se desbarata la delicada, intrincada y frágil planificación y veo amenazado mi deseado futuro, entro en pánico y paso a modo defensivo.

No es que no esté hecha para enfrentar la adversidad. Es que no estoy hecha para lidiar con el eterno devenir de estabilidad/adversidad. Me desquicia. Una cosa o la otra. Pero esto de estar recogiendo vidrios rotos casa tanto me pone mal. Muy mal.

Técnicamente me da ‘depresión ansiosa’. Es decir cuando me pongo insufrible, más contradictoria que nunca, irracionalmente irritable y agresiva, bueno, es porque mi mundo, el futuro, acaba de ser amenazado por una invasión alienígena del mundo exterior y yo me veo obligada a bajarme de mis planes, pisar tierra y echarme al hombro los resultados acontecidos e iniciar una dura batalla por recuperar mi rumbo; es decir volver como una mula a soportar los palos de la vida porque yo veo mi zanahoria allí delante y voy por ella…

Al rato de camino ya ni percibes que la vida te da palo, sólo vez la zanahoria. Se llama enajenación lo sé, a algunos nos funciona. Pero cuando pisas en falso entonces sientes todo el dolor acumulado desatarse con el latigazo que te obliga a encaminarte nuevamente.

Sí, me estoy comparando con una mula. Animales nobles, fuertes, obstinados, trabajadores y lo suficientemente inteligentes como para concentrarse en la zanahoria y abstraerse del mundo que las consume.

En realidad tú y yo no somos tan distintos. Somos menesterosos en esta vida sujetos a su ir y venir caprichoso, obligados a encarar las consecuencias de cada decisión que tomamos.

Quizás lo que nos distingue sea que yo me veo como mula y tú quizás te veas sobre una mula, en ambos casos una ficción; yo me veo esforzándome por un espejismo y tú quizás ves el camino, el cielo, no sé qué te motiva. Mi vista está al frente y arriba, hacia delante.

Quizás lo que nos distingue es que tal vez tú no percibes los cambios como enormes hecatombes de ti mismo, quizás ni percibes los cambios y tu problema psíquico sea otra cosa, la negación por ejemplo.

Para mí cada elección es el resultado de una apuesta en la que pongo todo. Es de esperarse que si las cosas no salen como me lo pensé, sienta que me ha ganado la casa, me ha quitado todo y tengo que volver a juntar desde cero. Es decir encarar el aquí y el ahora.

Esta entrada fue publicada el 16 junio, 2011 a las 19:10. Se guardó como Yo_Myself_Conmigo y etiquetado como , , , , , . Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

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