😰 La Nada
Ya son un par de semanas de trancazos al espíritu. Los afortunados dicen: “Dios aprieta pero no ahorca”, yo digo que ése Dios está haciendo bondage. No se ofendan, entre las pocas etiquetas que podrían ponerme sin estar equivocados, es que yo soy hereje declarada, y ahora en una marcada fase de hermética en la que pareciera que voy a durar un buen rato, o al menos ése es mi deseo actual.
Nuestra ubicación geopolítica define gran parte de nuestras realidades. Yo vivo en México, y la percepción que me he formado en 11 años es que en este país vivimos los impactos mundiales con delay. Lo que debería ser una ventaja si nos fiamos de la sabiduría popular del dicho “Si ves las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo.”… pero no. Cada país es un mundo totalmente independiente.
Europa comienza a dar inicio a recuperaciones, lentamente y con grandes heridas en pérdidas humanas y sistémicas ¿Cómo avanzarán ellos hacia la nueva normalidad? ¿Cómo lidiarán ellos con la permanente amenaza de una segunda ola? Desde lejos y con poca información -no veo noticias- USA pareciera atravesar por la zona más estrecha del embudo de la pandemia como una tragicomedia del absurdo. Por un lado hay hoteles que se usaron de morgue, por otro hay quiénes hacen manifestación contra el lockdown porque afecta el sagrado derecho norteamericano de la LIBERTAD (Marca Registrada) y están los que beben lejía porque su líder -al parecer- lo sugirió… La verdad, no lo sé, no me crean, son cosillas que agarro al vuelo y no investigo. Ésa es la trama en mi historia, bien podría ser burda ignorancia alimentada con fakes news o la ficción que yo estoy escribiendo en mi bitácora. Es sólo un contexto prescindible.
Lo que no es ficticio es que el círculo se nos ha estrechado a los que vivimos en México. La muerte y la pérdida ya no son historias que provienen de contenientes o países ajenos. Ya no son números abstractos de dudosa fiabilidad –por la contingencia no se hacen autopsias, si bien mueres de envenenamiento o vejez, es el COVID-19 y yastá; todo el mundo anda ocupado analizando las conspiranoias trendingtopic y muy pocos le dedican tiempo a las locales, así son las cortinillas de la realidad en tiempos de información y des-información masiva-.
Hay personas que conocemos o conocen los que conocemos que están enfermas, luchando por su vida o han muerto. Y la muerte no es la única pérdida a temer, todos experimentamos la faceta del virus que afecta nuestros medios de ingresos y los que no nos estamos contagiando de COVID-19 definitivamente estamos infectados de ansiedad porque todo es incierto.
La oscuridad del dolor y del miedo, está más presente, más tangible. A cada uno nos toca a su manera porque encuentra de dónde asirse en nuestra particular sombra. Todos estamos reverberando con ecos de dolor. Todos corremos en dirección opuesta al avance de La Nada (Ref. Historia sin Fin, Michael Ende / Wolfgang Petersen 1984) y algunos quedan envueltos en ella, mientras otros seguimos corriendo buscando soluciones.
Para mí La Nada se ha manifestado como agotamiento, mental físico y emocional. Y sigo corriendo. Y sigo conversando la Vetusta Morla tratando de digerir su respuesta aforística.
– ¿Vamos a superar esto?
– Puede que sí. Puede que no.
Y ésa es toda la respuesta que tenemos, cuya única verdad es que tenemos que seguir luchando e intentándolo. Lucha en la que constantemente tenemos que discernir entre Esperanza e Ilusión.
Estamos en crisis
Crisis (del latín crisis, a su vez del griego κρίσις)1 es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. … Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución.
Las crisis pueden designar un cambio traumático en la vida o salud de una persona o una situación social inestable y peligrosa en lo político, económico, militar, etc. También puede ser la definición de un hecho medioambiental de gran escala, especialmente los que implican un cambio abrupto. De una manera menos propia, se refieren con el nombre de crisis las emergencias o las épocas de dificultades de la crisis. (Wikipedia)
Crisis para mí es tener que tomar decisiones en incertidumbre.
Los lapsos son mucho más cortos, los resultados impredecibles, hay que ser más rápido y los errores pegan duro. Adaptarse, recalibrar, volver a decidir. Sin descanso. Vamos en un barco, atravesando la tormenta perfecta, perdiendo tripulantes, aligerando la carga, sin visibilidad clara tratando de no ser absorbidos por El Maelstrom.
Cada rayo de sol. Cada pequeña cosa que se pueda celebrar. Cada breve momento de paz. Cada cosita que se parezca a un triunfo. Yo lo aprecio, lo valoro, lo celebro y lo agradezco.
Mi yo del futuro, recuerda que para mí yo del pasado este año es el primer año de mi vida en el que mis “propósitos” eran un mapa lo suficientemente flexible para permitirme transcurrirlo. El mapa, definitivamente sigue funcionando, pero las instrucciones no venían con advertencias ni la meteorología de las tormentas psicoemocionales.
🚎 😫 Dilema del tranvía
La ética es una perra sádica del infierno. La gente aferrada a su ética nunca me ha sido de fiar, lo mismo que cualquier fanático de cualquier cosa. La ética a diferencia de la moral, -que es una brújula cuya aguja siempre está oscilando, lo que te permite cambiar de dirección (opinión, decisión, postura)- es un muro que pretende definir lo que está bien de lo que está mal. Y sólo por joder, para ver qué tan fijo está tu muro te pone ejercicios como el de la imagen, donde tomes la decisión que tomes vas a perjudicar a alguien o a un grupo; incluso tiene variaciones que le suben el tono a la perversidad.
Wendy: ¿Qué haces cuándo no se puede jugar? Cuando no importa lo que elijas, terminará en desastre.
Jack Foley: Clásico doble enlace. Hay un koan* zen donde el maestro sostiene un palo. Él le dice a su alumno: «Si me dices que este palo es real, te golpearé con él. Si me dices que no es real, te golpearé con él. Si no dices nada, te golpearé con él».
El estudiante extiende la mano, agarra el palo y lo rompe.
Si una situación es insostenible, Sra. Rhoades, rompa ese maldito palo.
(Ref. Billions)
*Un kōan es una historia, diálogo, pregunta o declaración que se utiliza en la práctica del zen para provocar la «gran duda» y practicar o evaluar el progreso de un alumno en el zen.
¿Por qué cambiar la dirección del tranvía si en cualquier dirección vas a ser un desastre? Detén el tranvía. Vayan todos a pie, ¿qué tienen de malo las bicicletas?
Sé que por más pensamiento transversal que quiera aplicar como solución a un problema, el Sistema no me permitirá la osadía de ponerlo en práctica porque implicaría desestructurar el Sistema.
Pero estamos en CRISIS, podríamos REVOLUCIONAR. Igual estamos pagando un altísimo precio porque el Sistema de mantenga en pie. Sólo digo.
Mientras yo sigo adaptándome tan rápido como puedo, exprimiendo toda la versatilidad de la que como sapo que soy, soy capaz. Aunque de momento, todos los traslados de escorpiones sobre mi espalda, a través del río, quedan suspendidos hasta nuevo aviso. (Ref. Fábula La Rana y El Escorpión, Esopo)
🌟 🧐 🌟 La Esperanza
En el Tarot la carta XVII La Estrella. Representa la Esperanza. Pero no una Esperanza emocional sino de la mente y del pensamiento. La sombra de esta carta es que la esperanza que podemos gestar en nuestra mente con planes e ideas puede no estar en nuestro corazón. Es decir, no nos la creemos porque nuestras emociones no están convencidas. Y si nos dejamos convencer por la voz de nuestras emociones podríamos caer en la ilusión, algo así como un “Esto se va resolver solito”. Es una Esperanza que depende de una excelsa gestión de recursos: qué sabemos, qué ignoramos, cuáles son nuestras probabilidades, alinearnos a la apuesta y cruzar los deditos dando un salto de fe, porque en nuestro interior estamos recagados de miedo.
Hazlo, y si te da miedo, hazlo con miedo.
Parece que la clave no está en el resultado que esperas –porque el que no salga como esperas es una opción tan viable como el que si- sino en el por qué lo haces.
Me tiene los cojones acatarrados que la nueva presión social de pertenecer al cuadro de populares en el sistema de castas que es la eterna preparatoria del 2.0 es el aprendizaje. Proclamar en las plataformas digitales nuestra romántica vida en pareja, nuestros exóticos viajes, nuestras aventuras foodies, nuestras mejores selfies y a nuestras pachonchitas mascotas ya no es la norma. La nueva norma es estar aprendiendo y leyendo y volviéndonos unos eruditos porque ya no hay excusa. ¡Léanse la puta Crítica de la Razón Pura cabrones! Y luego la Critica del Juicio, si van hacer la chamba háganla completa. Y me cuentan. No he leído un libro en lo que va del año y ando resentida, porque además llegan y llegan y llegan y llegan.
Pos los que puedan, en horabuena. Pero estoy segura que los que están “pudiendo” ya hacían esto antes del COVID-19 culturizado. Y para los que de verdad es una nueva fase, y lo están aprovechando, en serio que gozo por ustedes ¿por qué no nos comparten un poco de lo que sí aprendieron? ¿alguna reflexión? ¿algún descubrimiento? . Y sí aprovechen, pero dejen ser castrozos Ads Humanoides de negocios ajenos, porque muchos no más repiten como loros el mismo puto slogan de meme.
Obvio que me produce ansiedad. Obvio que me siento desadaptada porque no he tomado ni la primera clase de mi taller –pagado- de Herbolaria Mágica, ni hecho ninguno de los diplomados de Linkedin para el HomeOffice, ni he tomado cursos gratuitos de Business Intelligence y estoy ignorando olímpicamente las clases de filosofía tomista por Whatsapp. Mantengo a duras penas el hilo de mi cursos de Astrología Médica –que por cierto cuando le agarro el ritmo me salto una clase porque estaba en meeting y ni me di cuenta de qué día ni hora eran-.
Sí hay de hecho una conjunción que nos impulsa, pero no a meternos contenidos “de valor”? Sino a darle valor a nuestro contenido. A pensar. No a colocar vuestro juicio en la critica de lo ajeno, sino de nuestros valores. A poner en práctica lo que sea que hemos aprendido hasta ahora. ¿De qué sirve acumular más datos si no nos sirven para tomar decisiones para mejorar nuestras vidas y la de los demás?
Allí está la Esperanza, en que aprendamos a pensar por nosotros mismos. Y mi corazón no se la cree.
👽 🎰 Juegos Suma No Nula
Revisité una de mis películas favoritas: La llegada. Hasta ahora solo la he visto dos veces porque para mí está tan cargada de importantes referencias que hay que trasegarla y digerirla con paciencia: Linguistica, Cerebro, Economía, Ciencia, Relatividad… es una sobrecarga cerebral. Cuando la vi por primera vez quedé borracha de Leibniz y por eso no pude prestar atención a todo lo demás. Plus, para aquel año 2016-2017 La Llegada fue ensombrecida por Interestelar, y la gente no le prestó mucha atención porque estaban todos encandilados con Nolan, tanto que le cambiaron el final a La llegada –lo que la hizo mejor-.
************SPOILER ALERT**************
Justo cuando sucede la escena en que la niña Hannah le pregunta por un concepto a su mamá, y Amy Adams la manda al carajo a preguntarle a su papá el científico. A mí me cayó el 20 de que la historia no era temporalmente lineal, que la protagonista estaba experimentando presente pasado y futuro al mismo tiempo. El ruido de las palomitas estallando en mi cerebro no me permitieron asir un concepto de suma importancia, que nos útil en este momento. (¿Ven? Les dije que yo sí creo en los viajes en el tiempo, tuve uno)
************FIN DEL SPOILER**************
Hoy día no importa tu ocupación eres un tomador de decisión. Cuando definas tus posibles escenarios, y seguro se te presentará el dilema del tranvía, piensa en un «Juego de Suma No Nula».
En la teoría de juegos, la suma no nula, desarrollada por los matemáticos Merrill M. Flood y Melvin Dresher, trata de una situación donde la ganancia (o pérdida) de un responsable de la toma de decisiones no necesariamente resulta en la pérdida (o ganancia) de otros responsables. -esto es lo contrario a un juego de suma cero que es básicamente lo que está mal en los putos sistemas, tradicionalmente todos nuestros planteamientos se basan en quién gana y quién pierde-
Un juego de suma no nula es donde las ganancias y las pérdidas de todos los jugadores no suman cero y todos pueden ganar. Es decir: no hay un ganador que se lleva la suma y un perdedor que se queda con cero.
Este concepto es de la hermosísima Teoría de Juegos My love 🥰 -cuando la economía se pone sexy -. El resto de los mortales legos la usamos en nuestro vivir con un vocabulario elegante llamándole «sinergia» y más coloquialmente como el «ganar-ganar» o como yo le digo: todos quedamos conformes con ceder algo.
Aplica en operaciones, intercambios, acuerdos o tratados en los que todas las partes obtienen como resultado algo superior a la suma matemática de los esfuerzos individuales.
Nadie se queda con todo y nadie se queda sin nada. Es el espíritu que mueve la aguja de mi brújula moral y es el faro con el que mi Esperanza se guía por esta tormenta. Pero solo funciona si los negociadores están dispuestos a no jugar el juego de suma cero.
Maravilloso Desgarro en WordPress 